miércoles, 28 de julio de 2010

CIPER: Las pruebas que comprometen a Macchiavello, el almirante que no vio el tsunami

A cinco meses de que un tsunami golpeara las costas de la VII y la VIII Región, provocando cerca de 150 muertes, autoridades navales y civiles persisten en culparse mutuamente de los errores en la información entregada la noche del terremoto. En la región del Bío Bío, el ex intendente Jaime Tohá comunicó a tempranas horas que la ocurrencia de un maremoto estaba descartada. Argumenta que sólo se limitó a transmitir al pie de la letra la información proporcionada por el jefe de la Armada de Talcahuano, contralmirante Roberto Macchiavello, lo que éste desconoce. Sin embargo, los testimonios recogidos en terreno por CIPER lo comprometen: no sólo Carabineros y Bomberos contradicen su versión, sino también operadores del puerto y pescadores que esa madrugada se guiaron por la información errónea proporcionada por la radio de la Capitanía de Puerto. La controversia es objeto de una investigación del Ministerio Público que podría topar con la potestad de la justicia naval.

A pocos minutos de ocurrido el terremoto, después de una rápida ronda, los operarios de turno del puerto de Talcahuano hicieron contacto radial con la Capitanía de Puerto, en busca de información oficial de la Armada. Había inquietud, confusión, miedo: mientras tripulantes de la embarcación pesquera Don Enrique dudaban de zarpar, de modo de poner a salvo la nave, habitantes de poblaciones vecinas llegaban a pedir información. Entonces, al preguntar por el estado del mar, desde la Capitanía de Puerto respondieron que había que guardar la calma y estar tranquilos, pues –anunciaron sin titubear– no había alerta de tsunami.

–Dijeron que eso estaba descartado porque el epicentro había sido en tierra –recuerda el supervisor Juan Aguayo, quien esa madrugada de 27 de febrero estaba atento al radiotransmisor que conectaba a la Armada vía frecuencia VHF.

El primer reporte oficial emanado desde la II Zona Naval de la Armada con asiento en Talcahuano no sólo fue escuchado por el supervisor Aguayo y por el guardia Víctor Varela, que también se encontraba de turno en el puerto. Transmitido por el canal 16 de la banda marina, el mensaje fue captado por los radiotransmisores de la mayoría de las 14 lanchas y otras embarcaciones mayores que se encontraban en labores de pesca o descarga.

Ese fue el primer reporte. Los testimonios recogidos en Talcahuano por CIPER a cinco meses de ocurrido el desastre dan cuenta de que después, sin que necesariamente mediara consulta, cada quince o veinte minutos la Capitanía de Puerto emitía nuevos informes que apuntaban a lo mismo. No-hay-alerta-de-tsunami, repetía el marino de turno.

–Era una especie de boletín informativo en que insistían con lo mismo y hablaban de pequeñas recogidas y marejadillas leves –recuerda Varela, el vigilante portuario, desde la misma guardia donde esa madrugada se refugió al ver y escuchar que una masa de agua que arrastraba lanchones, containers y quizás cuántas cosas más se le venía encima.

Varela dice que está vivo de milagro. Fue el único funcionario de la Empresa Portuaria Talcahuano-San Vicente que confió en la información de la Capitanía de Puerto. El resto prefirió arrancar ante las evidencias que contradecían la información oficial. Había embarcaciones varadas en la arena y otras en el mar que más de una vez, a través del canal 16 de la banda marina, alertaron a la Armada sobre olas pronunciadas y alzas de mareas que avanzaban hacia la costa.

Francisco Bustamante, operador del puerto de Talcahuano, no estaba de turno pero ese día sintonizó el canal 16 por medio de una radio portátil de su trabajo. Al escuchar que un pesquero había detectado que estaba próximo a enfrentar un alza de marea, no lo pensó dos veces. Arrancó al cerro con familiares y vecinos.

–Era una cosa de simple lógica: el mar venía creciendo y avanzando hacia la costa –dice Bustamante, quien asegura que una vez que el mismo pesquero comunicó estar enfrentando el alza de marea, después de unos quince minutos, la Capitanía de Puerto cesó sus transmisiones.

En adelante, según estos relatos, sólo se escucharon consultas provenientes de embarcaciones en el mar. Ya no hubo respuestas.

LA VOZ DEL INTENDENTE

Los testimonios de operarios del puerto se unen a los de pescadores de la zona, algunos de los cuales han declarado en la investigación que lleva a cabo la fiscal Solange Huerta, quien indaga eventuales responsabilidades penales por las fallas en el sistema de alarma de tsunami. De acuerdo con esos relatos, la Armada en Talcahuano, de la que depende esa Capitanía de Puerto, no sólo descartó un maremoto a través del canal oficial con que se comunica con todo tipo de embarcaciones civiles y controla su tránsito. Esa madrugada, hasta antes de ser evacuada, también reportó lo propio a pescadores, guachimanes y bomberos que concurrieron a la base naval en busca de información.

Esos testimonios pueden dirimir una controversia cuyo trasfondo apunta a la responsabilidad en la muerte de personas que se guiaron por la información oficial.

Hasta ahora el contralmirante Roberto Macchiavello Marcelí, comandante en jefe de la II Zona Naval, ha contradicho estas versiones y también a las antiguas autoridades políticas de la región, quienes aseguran que en todo momento fueron informados por Macchiavello de que no había riesgo de tsunami tras el terremoto. La controversia se amplía a las más altas esferas de poder. La Armada insiste en que a través del SHOA (Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada) mantuvo por al menos una hora una alerta que fue desatendida por la Onemi (Oficina Nacional de Emergencia), dependiente del Ministerio del Interior.

En una de sus dos concurrencias a la comisión investigadora de la Cámara de Diputados, el contralmirante Macchiavello dijo que a partir de los antecedentes conocidos esa madrugada a través de radio Bío Bío, que en un primer momento habría informado que el epicentro del sismo era en tierra, comunicó que, “si fuera así, si fuera con esa información, entonces no debiera haber tsunami, pero esa información tiene que ser verificada con el SHOA”.

En esas primeras horas posteriores al terremoto, según han declarado las autoridades militares y civiles de entonces, la VIII Región estaba incomunicada del resto del país. Y es más: sus dos máximas autoridades debieron comunicarse por medio de un radiopatrullas que sirvió de puente entre la Base Naval de Talcahuano y la Prefectura de Carabineros de Concepción, donde estaba el intendente Jaime Tohá.

Macchiavello se ha empeñado en tomar distancia de las palabras que Tohá pronunció esa madrugada en los estudios de radio Bío Bío en Concepción. En esa entrevista, al ser consultado si tenía algo más que decir, el entonces intendente comunicó:

Sólo que el almirante me acaba de llamar hace medio minuto para reiterar la calma por el tsunami, no sólo aquí, sino también en la zona central, de manera que en la medida que esta radio también se escuche, no hay peligro de tsunami, ni aquí ni en la zona central.

Minutos antes, en la misma entrevista en la que también participaron la ex alcaldesa de Concepción, el gobernador y un seremi, el conductor Piero Moscitatti recordará que, “como oportunamente indicó el intendente, la Armada de Chile ha descartado riesgo de maremoto o de tsunami”.

El reciente hallazgo del respaldo de ese audio permitió establecer que Tohá habló del contacto telefónico con el almirante a las 5.19 de la madrugada. Diez a veinte minutos antes de que la primera y más destructora ola penetrara hasta el centro de Talcahuano.

EL REPORTE DE BOMBEROS

Según el informe que el Cuerpo de Bomberos de Talcahuano despachó a la fiscal Huerta, a las 4.20 horas dos de sus voluntarios cruzaron sin mayores inconvenientes la Puerta de Los Leones. Habitualmente el lugar que marca la entrada a la Base Naval está fuertemente custodiado, pero a esa hora no había un solo marino de guardia. Como unos pasos más allá tampoco vieron un alma en la Gobernación Marítima, avanzaron cerca de 300 metros hasta la Comandancia en Jefe.

En esa antigua casona blanca que se alza sobre una loma y tiene vista al mar encontraron al contralmirante Roberto Macchiavello. Los bomberos recuerdan que estaba acompañado de un ayudante y sobre una mesa tenía extendida una carta de navegación en la que procuraba fijar el epicentro del terremoto.

Fue un encuentro de no más de veinte a treinta minutos. Juan Carlos Sarzosa y Pedro Fabián Luengo se presentaron como oficiales de enlace en representación del Cuerpo de Bomberos de Talcahuano. Un rol fortuito: habían respondido al llamado radial del comandante de Bomberos Javier Echeverri para que los voluntarios que se encontraran más próximos a la Base Naval acudiesen en su representación.

Sarzosa y Luengo testificarán más tarde ante sus superiores que fue el propio contralmirante quien descartó la posibilidad de un tsunami. Su aseveración estaba basada en el supuesto de que como el epicentro había sido en tierra, no había posibilidad de la ocurrencia de un maremoto.

El argumento fue el mismo que testigos escucharon en la banda marina de la Capitanía de Puerto de Talcahuano. El mismo que esbozó el jefe naval en su contacto radial con las autoridades en Concepción. Y el que también invocaron esa madrugada el SHOA y la ex directora de la Onemi, Carmen Fernández: si es el epicentro es en tierra, no hay maremoto.

Esta aseveración, que incluso está impresa en manuales de la Armada, es refutada por expertos en sismos y tsunamis.

Esa madrugada los voluntarios de bomberos no refutaron la información de la Armada. Más todavía si provenía de la Comandancia en Jefe. Entonces, como las comunicaciones radiales estaban saturadas, Sarzosa y Luengo se trasladaron hasta el cerro Los Lobos, donde se encontraba el puesto de mando del comandante Echeverri, para entregarle un reporte.

–Para mí fue una información oficial, no tenía por qué dudar de ella si más encima venía del jefe de la Armada de Talcahuano. Por eso la transmití de inmediato por radio al primer comandante, que se encontraba en el puesto de mando central –dice el comandante Echeverri desde la Superintendencia de Bomberos de Talcahuano.

Echeverri está acompañado de Luis Fregonara, superintendente de esa institución, y de Marcos Oyarzo, primer comandante. Los tres fueron protagonistas de los hechos del 27 de febrero y visaron el informe basado en el relato de los voluntarios Sarzosa y Luengo. “Las cosas como fueron, nada más”, dice uno de ellos, como si no hubiese drama, pero en esta ciudad, donde casi todos tienen vínculos directos o indirectos con la Armada, no es fácil entrar en entredicho con el jefe de esa institución. Sin proponérselo, ese informe inculpa al contralmirante pero también libra de responsabilidad de la cadena de errores a quien lo emite.

En Talcahuano no son pocos los que aseguran haber escuchado a funcionarios de Bomberos y Carabineros pregonando que no había alerta de tsunami. Sin embargo, los dos comandantes de Bomberos de esa ciudad lo niegan de plano. Echeverri dice que eso es imposible, que no hubo tiempo, porque dos o tres minutos después de transmitir al puesto de mando el reporte de los dos voluntarios, en el sentido de que no habría maremoto, el capitán José Luis Bello, de la Primera Compañía, reportaba por vía radial que a la altura del Estadio El Morro el mar se estaba recogiendo.

–Todos entendimos que se venía un tsunami –dice Marcos Oyarzo, primer comandante, quien tenía el mando y ordenó a todos los voluntarios que se alejaran de la costa a la brevedad.

Estaban en eso cuando el mismo capitán Bello informaba que el mar había entrando a la población Simons.

BITÁCORA DE LA CATÁSTROFE

El radiopatrullas de la Segunda Comisaría de Talcahuano llegó a la Base Naval muy poco antes que los dos voluntarios de bomberos: cerca de las 4.15. Su misión era servir de puente entre la Armada y la Prefectura de Carabineros de Concepción, donde se encontraba el intendente Tohá y varias otras autoridades civiles y militares que formaban parte del comité de emergencia regional. Sólo faltaba la Armada, cuyo máximo representante en la región, por ser el uniformado de mayor antigüedad, debía encabezarlo.

De acuerdo con el informe que Carabineros envío a la Cámara de Diputados, en el primer contacto radial sostenido entre Macchiavello y el general Eliecer Solar, jefe de la Octava Zona de la policía uniformada, el primero fue claro en descartar la alerta de tsunami. Había sido interrogado por encargo de Tohá, quien se encontraba junto al general y otros uniformados.

Nada dice el informe acerca de que el contralmirante haya prevenido que dicha información debía ser corroborada por el SHOA, como ha sostenido éste. El hecho es que esta primera información habría servido al entonces intendente Tohá para hacer el anuncio en radio Bío Bío. Hoy dice no recordar si ya en los estudios de la emisora recibió un llamado telefónico del contralmirante, como lo sugiere el audio de esa declaración. Macchiavello ha negado haber hablado directamente con él.

Las comunicaciones de esa madrugada son materia de la investigación de la fiscal Huerta, quien ha ordenado un registro de los llamados a los teléfonos de las principales autoridades. Los contactos radiales vía VHF son asunto aparte.

En la Armada no tienen respaldo de las transmisiones de la banda marina. Lo propio pasa con Bomberos. Tampoco la Onemi registró sus enlaces radiales. Y a diferencia de lo que ocurre en Santiago, la Prefectura de Carabineros de Concepción no contaba con un sistema habilitado para grabar las comunicaciones. Por ello la fiscal se ha empeñado en reunir testimonios y pruebas, como el cruce de llamados telefónicos y la bitácora con el contenido y las horas de los enlaces radiales que registró un funcionario de Carabineros destinado en la Central de Comunicaciones de Carabineros (Cenco). No hay mucho más que eso. En cambio, testigos hay de sobra. Especialmente pasadas las 5 de la madrugada, cuando Cenco fue poblándose de civiles allegados a servicios del gobierno regional.

Marllory Fuentes, jefe de prensa del ex intendente Eric Aedo, anotó el contenido de los reportes que enviaban las diversas unidades policiales de la región. La idea era transmitirlos a la población. En esos apuntes se registraron los incendios de la cárcel de El Manzano y la Universidad de Concepción. También el número preliminar de fallecidos en Los Ángeles. Pero lo que resulta relevante es el registro de la nueva comunicación radial que se establece a las 6.00 con la Base Naval. La hora coincide con el informe de Carabineros.

–El intendente interrogó a Macchiavello en tres oportunidades si había riesgo de tsunami y él respondió: Mi intendente, no hay riesgo alguno. Sólo observo acá una leve subida de mar pero que es absolutamente esperable ante un sismo de esta magnitud –relata la periodista, testigo de esa y otras conversaciones que se escucharon a micrófono abierto.

A esa hora, la primera gran ola ya había hecho estragos en Talcahuano. En cosa de minutos llegaría la segunda.

(continúa)

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