viernes, 18 de enero de 2008

SAGREDO

Este es un poema que escribí por el año 2003, cuando aún estaba en el colegio y el amor me tenía loco (como siempre) estaba perdido con una morena bellísima que aún recuerdo, espero que lea esto y que sepa que la recuerdo con cariño

Ojalá podamos conversar ya que hace muchísimo tiempo que no la veo


SAGREDO

Te contemplo desde el fondo del salón

Y dirijo mi mirada a través del aire,

Curioso,

Ansioso por descubrir un pequeño detalle,

Algo desapercibido en tu rostro

En tus ojos,

En tus manos,

O tu piel.

Trato de oír tu voz en el aire

Encontrar otro matiz,

Dirijo mis sentidos para sentirte cerca

Para poder estar contigo

Para susurrarte al oído un te quiero silencioso,

Fugitivo, oculto

Para acariciarte con mi voz

Para abrazarte con mis palabras

Todos los días te observo

Escondido en mí banco,

Cobijado por la distancia

Y esperando por el momento,

Soñando un futuro

Envidio los labios,

Que se funden con los tuyos

Envidio aquellos brazos,

Que te envuelven

Envidio aquellas manos,

Que te acarician libremente.

Tomo el boleto que sigue en la fila,

No hay nadie detrás de mí

No hay nadie delante

Duelen las palabras,

Me duele tu voz,

Me golpean tus saetas hirientes

Me quitan la vida golpe a golpe

Pero me dan garbo para seguir amándote,

En la distancia, oculto en la distancia

Eres la canción que escucho al amanecer,

El poema que escribí en el crepúsculo,

El vino amargo que tomo,

Ese cigarrillo agridulce,

Aquel triste libro que no puedo dejar de leer.

Esa palabra que no me atreví a pronunciar

Cuando el vuelo de las aves sosegaba,

Cuando un ardor incipiente en mi pecho,

Un malestar en la garganta

Cuando mi voz no se atrevía a nacer

Se apagaba una última esperanza

Y mi voz no se atrevía nacer.

¡Cómo permití que tu voz se apagara en mi cuarto!

Comencé a decirle tu nombre al viento

Sólo silencio y nada más,

Le hablaba a las piedras

Sólo silencio y más nada,

Comentaba a los hombres tu piel

Sólo indiferencia y nada más,

El mundo entero recorrí

Más tu piel no pude encontrar

Miré a otras,

Acaricié otras pieles

Besé otros labios

Escuché otras voces

Más no te pude encontrar

¡Despierta!

Abre los ojos,

El sueño de aquella morena desapareció

Se la llevó el viento

Y aquí quedo yo,

Embelesado aún por ella.